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FUERZAS IGUALES
-! OH! que pereza, el sol va saliendo poco a poco, siento que su calor
suavemente se filtra entre las nubes, tímidamente asoma con sigilo para no
despertarnos de golpe; la hierba sigue húmeda, brilla en cada hilo, se la ve
feliz, con vida, llena de ese verde intenso y altivo observa ¡Mira! por entre sus hojas se desperezan las
amapolas.
-"Buenos días"-
saludan a sus vecinas las margaritas, ellas tan limpias y blancas mirando al
cielo, la vida va renaciendo despacio, lo siento en el murmullo de las abejas
que se acercan besando a las flores en rítmicas danzas; mis amigos van
despertando poco a poco felices de sentirse en esa llanura llena de libertad
bajo un manto de estrellas brillantes y silenciosas.
-Desayunar un poco con mis amigos, sin prisa, que bonito se ve el
riachuelo desde aquí, él no duerme en
toda la noche, sigue camino abajo saltarín y fresco.
-Podría darme una carrera mirando al frente, así conservo mi
fortaleza, es divertido cuando corro y las finas hierbas se agachan asustadas y
las hago temblar.
-Algunas veces nos llevan a pasear, me gustaría conocer otros lugares,
aunque en verdad nos es un poco indiferente, somos más bien tranquilos, pero
bueno una aventurilla no estaría mal.
-Ahora que lo pienso, cuando mis amigos se van de viaje ya no vuelven,
que extraño, será que están mejor en su nuevo hogar, tal vez haya hierba más
fresca o alguna dama picarona que los embelesa, bueno, yo soy fuerte, muy
fuerte, soy un ser muy bello, mi pelo brilla como el azabache, está mal que yo
lo diga, pero tengo la fuerza y la vitalidad que me da la tierra y además soy
muy noble, siempre miro a la cara, soy único.
-Creo que hoy va a ser mi día de suerte, he visto un camión como el
que se llevó a mis amigos, tal vez vaya de viaje. ! Eureka! si, este buen hombre me ha puesto
un collar, un poco áspero pero en fin, no nos quejemos, me lleva hacia el vehículo ¡Uf! la
rampa es pesada y yo también, vale ya estamos arriba, huele un poco mal y no
hay ventanas pero en fin, cuando llegue a mi destino me daré un buen baño e
igual me doy un revolcón por la pradera ¡Qué bien!
-El camino es largo, hace calor y no hay agua, se han parado ¡Aire
fresco! bueno, muy fresco no, con la solana que está cayendo ¡Eh! ¿Qué es esto?
es gris, todo gris, que horror solo hay polvo, tal vez sea un alto en el camino
para descansar, mañana será otro día aunque empiezo a echar de menos a mis
amigos.
-Qué noche más sosa, no oigo el riachuelo saltarín, ni las amapolas
ruborizadas; las horas son lentas, ha pasado la mañana y ni caso.
-Por fin viene alguien, está
abriendo la puerta ¡Nos vamos! ¡Pero oigo ruido! mucho alboroto, darán una
fiesta aunque yo paso, vamos allá.
-Cuando más recorro este maldito pasillo más ruido hay ¿¡Y eso!? Que grande lleno de arena y rodeado de gente,
será lo que yo digo, una fiesta pues hay unos payasos vestidos con unas ropas
muy apretadas y brillantes ¡Que ridículos! Voy darles una lección, haré una de
mis carreras y verán como mi cuerpo salta y que fuerza tengo en mis patas ¡Mira!
ahí hay uno que me llama: lleva como una capa roja, "Esta de guasa"
quiere provocarme y lo va a conseguir, pues vamos para allá, parece tonto,
cuando me acerco se aparta y la gente le grita !Ole!, ¿Ole que? si soy yo el
que corre, le miro de frente y vuelvo a la carrerilla hacia él… y otra vez.
-Hay un montón de gente, se la ve buena, incluso hay niños, pero ¿Qué?
ha sacado unas lanzas o algo parecido y viene hacia mí, ¿Porqué? quiere hacerme
daño, yo no le he hecho nada, se acerca
despacio, se pone de puntillas y OH Dios… ¡Que dolor! me giro de golpe para que
me mire a los ojos, frente a frente, fuerza a fuerza.
-¡Voy a enfadarme!, le advierto haciendo rascar mis patas en la arena,
a ver si así desiste de martirizarme, pero no, otra vez, otra puñalada
traicionera, estoy solo; nadie me ayuda, salen otros payasos como el,
protegiéndole de mí, pero ¿Porqué de mí? la gente, esa buena gente, grita
enloquecida, les miro por un momento y no comprendo nada, están rabiosos contra
mí, todo el mundo contra mí, “Pero yo estoy solo” siento un dolor profundo
sobres mi espalda, la gente sigue gritando como poseída, debe ser eso, les
habrán dado alguna mejunje para que me odien así.
-Mi gran cuerpo cansado va dando tumbos, sangrando sobre mi negro
pelo, sangre roja como su capa; de pronto veo salir un hermoso caballo, por fin
viene un igual a ayudarme !Ilusiones! encaramado lleva un hombre que después de
santiguarse se dirige hacia mí con una gran lanza y clavándola con toda su
rabia, el pobre caballo me mira tristemente "No puedo hacer nada por ti"
me dicen sus negros ojos, "Tendrás que defenderte contra mí y yo también
sufriré, así se divierten algunos, si tengo suerte mañana volveré, pero tú no,
esos que van de dorado, se han pasado la mañana pidiendo perdón a Dios por
todos los asesinatos y martirios que son capaces, luego cual Dios les ha
perdonado vuelven a matar orgullosos de lo bien que lo han hecho, se pasean
triunfadores como Herodes.
-Sal y defiéndete, que sepan que eres el mejor, que tu si miras a los
ojos, que atacas de frente como un valiente y en tu defensa, no como ellos por
diversión, aunque el mérito solo será de ellos.
-Suerte amigo, seguiré mi destino, mis ojos se nublan, creo ver el
riachuelo a lo lejos y las finas hierbas saludándome, no, es la gente, la buena
gente que pide mi muerte, aunque les gustaría verme sufrir más, gente frustrada
y cobarde.
-Ahí se acerca el valiente espada en mano, mis fuerzas son mínimas, me
mantengo en pie.
Me mira como si yo quisiera hacerle daño, yo no quería estar aquí,
vuelve a ponerse de puntillas y da unos saltitos como diciendo, "Tienes
las de perder" tengo a mi alrededor otros danzarines que vendrán a por ti,
no saldrás vivo de aquí pase lo que pase, así que, estate quieto y acabemos de
una vez, tengo que ir a celebrarlo y luego a casa, pobre de mí, no se hacer
otra cosa, soy tan ignorante que solo se rezar y matar, eso sí, me pagan muy
bien.
-Ven, acercarte, mátame de una vez, no quiero oír más esa buena gente
disfrutando del sufrimiento y la tortura, no quiero ver más esas caras
hipócritas de buenos samaritanos.
-Llegarán a sus casas y les hablaran a sus hijos que en el mundo hay
mucha crueldad, no a la pena de muerte, no a las guerras, no a los malos
tratos. ¡Falsos! Todos habéis disfrutado viéndome sufrir,
arrastrarme, sangrando de dolor, pidiendo mi muerte a gritos, reclamando un
trofeo, ¿No os habías dado cuenta? yo tengo corazón, sangro y respiro, sufro y
no soy libre como vosotros, no os importa mi fortaleza ni mi belleza; ni la
nobleza de mis ojos, solo os importa vuestra impotencia, desahogáis vuestras
frustraciones gritándome y aclamando a un ser ignorante y arrogante ¡pobre
claval!
Dios protégeme, dame una muerte dulce y rápida ¡OH si…, ya huelo la
brisa fresca y el murmullo de las abejas, está anocheciendo, las estrellas
coquetas van asomándose despacio.
¡OH Dios, perdónalos!
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