Tan solo hace un día que su
vida ha cambiado de rumbo, han pasado veinte años sin sentir el calor de un
beso, la caricia escapada de un ser amado, el susurro de una palabra de amor
dulce y atrevida.
Algo está pasando en su
interior, una fuerza desconocida arde desde lo más profundo y se pregunta que
es.
Sus recuerdos adormecidos le
invaden como un soplo caliente, ese sentimiento aletargado, escondido, está
aflorando sin ningún control.
Siente tristeza por sus años
de juventud perdidos en el aire, de oportunidades disipadas sin sentido.
Durante largos años, ha
estado cosiendo remiendos en su corazón, algo se escapaba de entre sus
puntadas, algo asomaba entre los hilos que ella iba cerrando, calmando para no
dejar escapar algo imposible, impropio,
inoportuno, inalcanzable.
Hace un día que dejó atrás
su vida sin ilusiones creyendo que su camino se había adentrado en un bosque
oscuro y sin salida.
Hace solo un día que su
corazón está perdido, no entiende nada, confuso y aturdido se debate entre la
lógica y la locura, la realidad y la
insensatez, el amor o el desamor.
La vida la está esperando
con las manos abiertas, deslizándose entre sus dedos esas caricias deseadas,
esos besos anhelados, esos susurros
atrevidos y provocadores, esas miradas
deseosas.
Casi puede sentir al cerrar
los ojos una suave brizna de dedos suaves recorriendo su piel, acariciando su
cuerpo palmo a palmo, poro a poro, de labios húmedos besando sin miedo y con
pasión, de sentir junto a su cuerpo el cuerpo del ser amado, ese ser que nunca
tuvo pero que rememora, que nunca sintió pero lleva pegado en cada centímetro
de su cuerpo, siente esa mirada que nunca vio recorriéndola con dulzura.
Otra vida existió es que se
amaron y deben repetirlo, ella está confusa, aterrada, asustada,
incrédula…esperanzada.
Los días pasan
irremisiblemente esperando su llamada, la larga espera es densa y nerviosa,
deseada y atormentada, caliente como una brisa cerca del mar.
Esas horas interminables de
niña quinceañera esperando una señal, el sonido del teléfono es injusto con
ella, la sobresalta y la desilusiona, la enerva y sume en una nube lejana
paseando burlona por sus pensamientos.
El destino está jugando con
ella, imagina a su amado acercándose a ella con miedo y a la vez con valor,
recuperando esos años perdidos y esas caricias engalanadas, renaciendo esos
deseos escondidos en su bolsillo, abriendo sus manos al aire lanzando telarañas
de ilusiones.
Imagina su ser amado
llamándola en sueños, abrazándola entre sus brazos con la pasión contenida durante
largo tiempo y ofreciéndole su cuerpo, su mente… su alma para toda la
eternidad.
El… está llegando.
2015
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