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LA AMIGA QUE SE FUE..
Estaba sentada frente a la
ventana, corrían plácidamente las nubes envueltas en una ligera brisa.
Sumergida en sus
pensamientos ignoraba las horas que pasaban rozándola.
Recordaba su vida mezclada
de muchos colores, desde el más lindo amarillo, vivaz, alegre, al más tétrico
de los morados teñidos de luto y dolor.
Su mente bailaba en aquellos
momentos pensando en el día que conoció a su amiga, una chica feliz, alegre y
emprendedora, salían de compras, alguna
cena informal o simplemente un café en el bar de enfrente, no importaba el
motivo para estar juntas.
Habían pasado ratos muy
agradables, reírse hasta dolerles el estomago, tomarle el pelo a cualquier
infeliz que les cayera en gracia en ese preciso momento.
También llorado juntas aquel
día que su ser más querido había dejado esta tierra para siempre después de una
triste y larga agonía, se consolaban juntas, su cariño, su confianza crecía con
los rayos de sol...... cada día un poco más.
Era una familia unida, sus
secretos más escondidos eran compartidos como desahogo de sus almas.
Deseaban hacer cosas juntas
y como no, ganar algún dinero.
Decidieron montar un pequeño
negocio, entre todos lo sacarían adelante, muchas ilusiones estaban depositadas
en aquella aventura que a la vez difícil y llena de inconvenientes pero
decididas a seguir.
Pusieron todos sus esfuerzos
en ello, tuvieron que trabajar duro con el calor del verano cayendo sobre sus
cabezas, hicieron de jardinero; albañil, lampista, todo lo que sus manos podían
hacer, ellas lo hacían.
Por la noche caían rendidas
sobre la cama, sus ojos pesados negaban a cerrarse como cubiertas por arena
fina, un buen baño y unas tostadas las hacia emprender un nuevo día.
Llegó el tan esperado, todos
los que con ellas habían compartido por igual su sueños estaban como niños en
su primer día de clase, las puertas se abrieron en una noche calurosa, serena,
mágica, volaba sobre las verdes ramas toda su esperanza y el riesgo a lo
desconocido.
Empezaron trabajando poco, todos
los comienzos son difíciles, día tras día se abrían las puertas y con ello
nuevas ilusiones.
Pasó el tiempo, no mucho,
ella recordaba que no el suficiente como para rendirse, pero sí, se rindió y
con ella su equipo, sus nervios enardecidos se crisparon más y se defendió de
tanta mala suerte contra lo único que tenia.....su amiga.
La atacó con palabras
hirientes, la insultó con la ira en su mirada, la culpó de todas sus
desgracias.
Los corazones salieron
esparcidos entre las piedras y su cariño salió huyendo cobarde y lloroso.
Y ella recordaba junto la
ventana que fácil había sido ganar su amistad, que fácil quererla, que fácil
“se había roto todo“, como una tormenta rápida había empezado y había
terminado.
Que absurda era la vida, que
triste la melancolía y la añoranza.
Su corazón se había llenado
de rabia y odio, sus manos apretaban sus recuerdos, su amiga se había ido,
había muerto para ella, pero lo peor era que...…“la echaba de menos”.
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