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La Musa
La Musa….. NARRADOR TESTIGO
Sacudió sus botas y dio
dos vueltas de llave a la gran reja, tecleó instintivamente el código
que le permitía entrar; mansamente las luces empezaron
a encenderse y su cara se iluminó al contemplar la enorme sala, la observó en
toda su amplitud y se adentró en ella con paso ilusionado.
No tenía tiempo para la
espera, guardó las llaves en su bolsillo y fue sacándose
el abrigo lentamente sin dejar de andar.
De pronto sus pasos se
detuvieron como cada día ante aquella imagen, tenía
toda la noche para contemplarla con la dulzura que le transmitía; sus ojos se toparon con los de ella que le seguían
en la mirada, sus labios musitaron una
palabra hermosa, sus dedos rozaron su mejilla; no podía tocarla por
miedo estropear aquella magnifica obra,
su amor crecía con sumisión y ternura; miró alrededor,
los otros cuadros colgantes les acechaban impávidos
y fríos.
Horas y horas, noche tras
noche, miraba absorto aquella mujer atrapada en su marco, suspiró con pesar
musitando -¡te quiero tanto! ¿donde esta tu alma? ...cerró los ojos y apretó
los puños en una mueca de dolor.
Sintió un leve roce en su
pelo y se estremeció, una nube traslucida irradió su bella figura. Despacio
aquella mujer fue saliendo del lienzo, acercándose sensualmente hasta llegar a sus labios en un beso largo e
intenso, sus brazos cayeron desmayados de su cuerpo incrédulo
y desconcertado hasta rodearla como tantas veces había imaginado.
Las primeras luces del amanecer entraron entre ventanales
acristalados, le envolvió esa nube traslucida regresándola al interior del cuadro
alargando su fina mano en un acto de despedida, el la miró casi lloroso “hasta
mañana mi amor”.
Volvió a colarse el abrigo y
rebusco sus llaves, giró su cuerpo en un último adiós
y sonrió, su remplazo entraba por la puerta, -“buenos días Jack, te veo muy
sonriente ¿que tal la noche? “Genial,
cada día me gusta más mi trabajo.” salió del edificio de un salto, fue alejándose sin prisa...
NARRADOR PROTAGONISTA
-Sacudí mis botas y dí dos
vueltas de llave a la gran reja, tecleé instintivamente el código
que me permitía entrar; mansamente las luces empezaron
a encenderse, mi cara se iluminó al contemplar la enorme sala, la observé en
toda su amplitud y me adentré en ella con paso ilusionado.
-No tenía tiempo para la
espera, mi pulso se alteraba por momentos, guarde las
llaves en mi bolsillo y fui sacándome
el abrigo lentamente sin dejar de andar.
-Me detuve sudoroso e
impaciente como cada día ante aquella imagen, tenía toda la noche para contemplarla con la dulzura que me transmitía; mis ojos, su mirada, mis labios musitaron una palabra hermosa,
mis dedos trémulos rozaron su mejilla; no podía tocarla por
miedo estropear aquella magnifica obra,
mi amor crecía con sumisión y ternura, tantas horas de
espera me martilleaban, los otros
cuadros suspendidos me acechaban impávidos y fríos
como yo a ellos.
-Horas y horas, noche tras
noche, miraba absorto aquella mujer atrapada en su marco, suspiré con pesar
musitando ¡te quiero tanto! ¿donde esta tu alma?... cerré los ojos y apreté los
puños en una mueca de dolor, el corazón oprimía mi pecho despiadadamente.
-Sentí un leve roce en mi
pelo que estremeció toda mi piel, una
nube traslucida irradió su bella figura, despacio,
aquella mujer fue saliendo del lienzo, acercándose sensualmente hasta llegar a mis labios en un beso largo e
intenso; mis brazos cayeron sin control incrédulo
y desconcertado, poco a poco la abracé tiernamente
como tantas veces había imaginado.
-Las primeras luces del amanecer entraron entre ventanales
acristalados, la envolvió esa nube traslucida regresándola al interior del cuadro
alargando su fina mano en un acto de despedida,
-La miré conteniendo mis
lagrimas, “hasta mañana mi amor”.
-Volví a colarme el
abrigo, me giré en un último adiós
y sonreí henchido de felicidad, mi remplazo entraba por la puerta, -“buenos días Jack “te veo muy sonriente”
¿que tal la noche? “Genial, cada día me
gusta más mi trabajo.” -salí del edificio de un salto, fui alejándome sin prisa...solo una horas
y volvería a verla.-
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